Norberto Meschede es la tercera generación de una familia alemana que construyó la primera estación de servicio en El Dorado, Misiones. El desafío de casi un siglo en el negocio en la Argentina y el traspaso a la cuarta generación.
¿Cuándo empezó la historia de la familia en la estación de servicio y por qué ingresaron
a este sector?
Mi abuelo ingresó en el negocio en 1928 con Shell y luego en 1932 se pasó a YPF. Al principio, se dedicó a la comercialización de combustible que llegaban en tambores de 200 litros que venían en barco hasta El Dorado, hasta el puerto y luego se repartían en camión. Después con YPF se fue anexando la parte de lubricantes y casa de repuestos. Así empezamos.
¿Cómo fueron los traspasos generacionales? ¿Fueron difíciles?
El pionero fue mi abuelo, luego mi padre empezó a ayudarlo y se quedó en el negocio.
Lo mismo pasó conmigo y estamos viendo si la cuarta generación sigue con el negocio familiar o toma nuevos rumbos.
¿La cuarta generación va a tomar la posta del negocio?
No está muy convencida todavía.
¿Qué tiene de distinto el negocio de estación de servicio en Misiones con respecto a alguna otra provincia?
Hoy en día es muy universal el sistema de YPF con la red pero siempre hay diversificaciones especiales para cada provincia. Nosotros siempre le dimos mucha importancia a la parte de repuestos, la gente lo valora mucho ya que está disponible también de noche, pudiendo así cubrir una urgencia.
Funciona mucho el servicio fuera del horario laboral.
¿Hacia dónde creen que va el negocio de la estación de servicio?
Al combustible líquido como lo conocemos hoy tal vez le queden pocos años. Acá en la Argentina se va
a demorar unos cuantos años más, pero se vienen las estaciones con surtidores para autos eléctricos o a hidrógeno. El combustible fósil se va a ir terminando.