A partir de un mayor impuso a las tecnologías verdes y de una optimización en el consumo, el país mejorará notablemente su eficiencia energética en el mediano plazo, según las previsiones del Ministerio que conduce Javier Iguacel.
En los próximos 12 años, la Argentina recortará en un 10% su demanda energética.
Así lo proyecta el Ministerio de Energía de la Nación. En base a lo expuesto por la cartera que ahora dirige Javier Iguacel en el último Foro Latinoamericano de Energía, el país reducirá significativamente el despilfarro que representa la quema de combustibles líquidos para la generación de electricidad.
La meta, en ese sentido, es bajar un 10% el consumo para el año 2030.Según los datos que maneja el Ministerio, diariamente se están quemando unos 28.800 metros cúbicos (m³) de gasoil, 8.500 toneladas (Tn) de fuel oil y 3.500 Tn de carbón a escala nacional. En ese sentido, el Gobierno juzga prioritario evitar lo más posible este despilfarro de energía contaminante, para lo cual será fundamental impulsar la integración regional. Otra variable importante pasará por permitir a las compañías generadoras de energía eléctrica que compren su propio combustible.
A través de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista de Energía (Cammesa), se emprenderán las licitaciones necesarias para tener competencia en el mercado del gas natural, asegurar un mayor volumen y garantizar la disposición de ese producto en los meses de verano.Diariamente se están quemando unos 28.800 m³ de gasoil, 8.500 Tn de fuel oil y 3.500 Tn de carbón a escala nacional.
El Gobierno juzga prioritario evitar lo más posible este despilfarro de energía contaminante.Los hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta jugarán un rol clave en favor del progresivo autoabastecimiento que proyecta el Ministerio de Energía para el mercado energético local. Gracias a la puesta en valor de sus recursos, sería posible disminuir sustancialmente las importaciones de gas natural licuado (GNL).
Hace dos años y medio, el país compraba en el exterior alrededor de 90 cargamentos de este combustible contaminante. A partir del incremento de la producción de Vaca Muerta, en cambio, para esta temporada se espera estar levemente por encima de los 50 cargamentos importados de GNL.
En normalización El gas natural representa un recurso clave en la estrategia del Ministerio de Energía en pos de facilitar la transición energética que se plantea la Argentina para favorecer el acceso a la energía y mitigar los efectos negativos del cambio climático.
Este recurso posibilita, en definitiva, proyectar un futuro energético verdaderamente sustentable.En esta línea, el proceso de reducción de costos de desarrollo se viene consolidando a lo largo de toda la industria en base al aprovechamiento de avances tecnológicos y a la propia curva de aprendizaje transitada. Y también debe destacarse el acuerdo alcanzado entre sindicatos y empresas para mejorar la productividad del sector.
Como consecuencia de todos estos elementos, los costos han bajado un 50% en los dos últimos años.A través de Cammesa, se emprenderán las licitaciones necesarias para tener competencia en el mercado del gas, asegurar un mayor volumen y garantizar la disposición de ese producto en el verano.
Por otro lado, a fin de potenciar el desarrollo del gas natural, el Gobierno ha iniciado desde hace dos años un proceso de normalización de la industria energética en función del retiro de la intervención estatal y la creación de condiciones beneficiosas para la inversión privada.
La idea es que los precios se determinen por la libre interacción de los jugadores en el mercado, dando paso a un proceso gradual que permita cubrir los costos de desarrollo industrial.
Opción gradualista
Otro desafío que tiene por delante el Ministerio se vincula con la relación entre el mercado local y la cotización internacional del barril de crudo. Desde la cartera que conduce Iguacel se cree que la Argentina siempre estuvo a contramano del mundo con respecto al petróleo.
No hace falta más que recordar los valores extremos que alcanzó el recurso entre los u$s 25 y los u$s 147 en distintos períodos desde 2001 hasta la actualidad. Durante esos vaivenes, la tasación en el mercado interno tuvo momentos de fuertes divergencias desalentando toda inversión.
Para corregir esa contradicción, se viene intentando acompañar los precios internacionales. Desde el Gobierno se reconoce, de todas maneras, que éstos subieron más de lo esperado: llegaron a los u$s 80 y se acomodaron en u$s 76, lo que hizo necesario acordar amortiguarlos con la industria.
Esta política, según las autoridades, no puede recibir otro mote que el de “gradualista”. En esa dirección, se prefiere abandonar el término “barril criollo”, concebido como una definición francamente inexistente.
Fuente: Revista Petroquímica