Es una paradoja difícil de entender, el GNC es en la actualidad el combustible ecológico por excelencia, el más abundante en nuestro país y con precios muy económicos para los usuarios. O sea un futuro excelente.
Sin embargo, lo que viene sucediendo en Capital y Gran Buenos Aires, es preocupante porque existe una competencia de precios muy por debajo del punto de equilibrio que ha llevado al cierre de muchas estaciones de servicio y a que otras estén trabajando a pérdida y por lo tanto, incumpliendo pagos y mantenimientos esenciales para el desarrollo de la actividad.
Lo que debería ser una actividad con resto para inversiones, mantenimientos, compra de nuevos equipos, se ha transformado en algo sólo para subsistir.
Si tomamos en cuenta que hoy un precio piso en el sector sería entre 24 y 25 pesos por metro cúbico, tenemos muchos estacioneros vendiendo a 18 o 19 pesos. No tomamos en cuenta a las estaciones oficiales duales, que siguen al mercado cercano, no hacen costos y además tienen suficiente respaldo económico como para subsistir a estos acontecimientos.
Un elemento muy importante a tomar en cuenta es que si sumamos los tres gastos principales de la actividad, a saber: costo del gas, energía eléctrica y mano de obra, estamos en el orden de los 18
pesos. Es obvio que no es posible vender a los valores antes mencionados.
El futuro de la actividad está en nuestras manos. Podemos seguir así y destruirlo. O cambiar y fomentarlo con estructuras rentables y redituables para el usuario y los operadores.