Escribe Dr. Jorge Nocciolino
A pesar de haberlo advertido en numerosas ocasiones, las inversiones en energía y sobre todo en el gas natural tardan años en dar sus frutos.
Concretamente, no existen soluciones inmediatas, lo que obliga a tomar decisio- nes ahora que servirán en el futuro, lo que tal vez no sea beneficioso políticamente, pero si lo será para el bienestar de la gente y para la Industria y la generación eléctrica.
En este contexto, no se alcanza a comprender la enorme contradicción existente: Argentina es un país gasífero, siendo Vaca Muerta uno de los reservorios gasíferos más grandes del Mundo. Sus reservas comprobadas serían de aproximadamente 200 años y el total sin comprobar aún, sería de 600 años, tiempo en el que tal vez, no se lo utilice el gas natural. Inclusive, algunos Geólogos dicen que la veta de Vaca Muerta llegaría hasta la Provincia de Mendoza con lo cual, hasta habría gas natural para muchos más años que los detallados.
A pesar de que lo dicho precedentemente sería un tremendo incentivo para un país previsible, Argentina no realizó las inversiones necesarias y, lamentablemente, debe importar gas natural líquido (GNL), porque no hay como transportar el inmenso volumen que Vaca Muerta podría aportar no sólo al país, sino para su exportación. La construcción del gasoducto proyectado desde Vaca Muerta está demorado, quién sabe por qué motivo. Pero el incremento del precio internacional del GNL, junto al alquiler del buque regasificador, serán sumamente más caros que la inversión en el aludido gasoducto. Una pena.
Producto de la invasión de Rusia a Ucrania, el precio del gas natural se incrementó a niveles jamás vistos, lo que constituye una increíble veta perdida por la impericia de las Autoridades. En este sentido, la construcción del gasoducto demandará aproximadamente 18 meses, con lo cual, la crisis energética impactará en este invierno y en el próximo.
En Argentina el gas natural se utiliza mayormente para satisfacer la demanda Domiciliaria, Industrias, GNC y Generación Eléctrica. Por las normas del Marco Regulatorio del Gas Natural, la prioridad la tiene el consumo Domiciliario que es el último en ser restringido o cortado; mientras que el resto de los consumos, dependiendo de la contratación de cada servicio de Transporte, pueden ser restringidos o cortados en primer lugar, los Interrumpibles y luego los Firmes en caso de que no mejore el Sistema. Consecuentemente, las EESS de GNC que tengan contratada una Reserva de Capacidad Firme, podrán seguir recibiendo el suministro hasta la Reserva o inclusive, ser restringidos o cortados en caso de que el Sistema así lo requiera.
Si bien, en condiciones normales el Sistema Gasífero ingresaría en estado crítico y/o de emergencia ante un invierno muy frío, esto es, varios días seguidos de 2° o 3° bajo cero; en el contexto actual de falta de inversiones y tarifas casi congeladas, bastarían dos o tres días seguidos de Cero Grado para que el Sistema requiera restricciones o cortes.
Si se hubiesen realizado las inversio- nes necesarias y las tarifas no hubiesen estado tan atrasadas, las Transportistas y Distribuidoras deberían estar prepara- das para satisfacer la demanda, consi- derando las menores temperaturas exis- tentes en los últimos 10 años.
Hoy esa obligación prácticamente no se cumple porque los gasoductos están siendo utilizados en un 100%, requiriendo inversiones (públicas y/o privadas) que incrementen la capacidad instalada. Lo hemos dicho hace más de 20 años: LAS TARIFAS DEBEN SER LAS NECESARIAS PARA QUE EL SISTEMA SE MANTENGA, PARA QUE SE EJECUTEN LAS INVERSIONES NECESARIAS, TANTO EN MANTENIMIENTO PREVENTIVO COMO CORRECTIVO, Y PARA EL INCREMENTO ANUAL DE LA DEMANDA 6%. Lo contrario implica experimentar la crisis que hoy estamos experimentado.
Ante las restricciones y/o cortes, la Industria y la Generación Eléctrica pueden utilizar combustibles alternativos (Gasoil/ Fuel Oil), pero sus costos son sumamente superiores. Por su parte, existen otros Usuarios que no pueden utilizar combustibles alternativos como ser, las vidrierías o la industria del plástico, por la calidad del producto; mientras que la Industria de Abonos (urea) sólo requiere gas natural, lo que implicará para aquellos Usuarios un tremendo impacto en caso de experimentar restricciones o cortes.
En este lamentable contexto, el GNC no va a poder escapar de la crisis ante un invierno frío, con un fuerte impacto no sólo en las EESS sino además, en los clientes tales como camiones, camionetas, taxis, remises u otros consumos que dependen de ese combustible para realizar su giro comer- cial. En estos casos, si bien existe la posibilidad de utilizar combustibles alternativos, habrá un enorme incremento en los costos para los Usuarios y un quebranto directo para las EESS que sólo expenden GNC, ya que deberán cerrar ante tales medidas.
Ahora bien, tal como ocurrió en años anteriores, la reducción o el corte en el GNC va a provocar la reacción de los Usuarios sobre todo de taxis y remises que, seguramente,
manifestarán ruidosamente, y cuyo reclamo debería ser atendido por las Autoridades. Pero, en estas circunstancias quién podría asegurar que se manejará efectivamente una eventual crisis que se suscitaría en caso de un invierno frío.
Consecuentemente, ante la reducción y/o corte del suministro de gas natural:
1.- Para las EESS que sólo expenden GNC, se debería pedir una exención impositiva en los costos laborales y otras exenciones que permitan reducir los eventuales quebrantos.
2.- Para las EESS que sean duales habría que pedir además, una exención impositiva en el combustible líquido que permita reducir los eventuales quebrantos.
En este sentido, las Entidades Empresariales han realizado y realizarán los correspondientes reclamos ante las Autoridades Competentes, pero lamentablemente el futuro es bastante incierto en relación con las soluciones posibles que, como se dijo, son de largo plazo.
Por su parte, se aconseja que las EESS de GNC respeten en tiempo y forma oportunos, las órdenes de restricción o corte, a fin de evitar multas y/o penalidades que agravarían aún más la situación económico-financiera.
Finalmente, hay un refrán que dice: “NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS”. Pero en el tema energético, pareciera que Argentina se empecina en demostrar lo contrario.