1 de febrero de 2020
Los estacioneros quieren postergar los aumentos de paritarias por la dura situación económica que están atravesando. Desde FECRA están encarando negociaciones para que los trabajadores cobren los respectivos aumentos. Los empresarios advierten una situación crítica debido al congelamiento de los combustibles líquidos.
La nueva postergación hasta marzo de la suba del impuesto a la nafta y el gasoil que dispuso el Gobierno nacional, a través del Decreto 118/20, impacta en los estacioneros que requieren de una actualización en los precios.
El vicepresidente de la Federación de Empresarios de Combustible de la República Argentina (FECRA), Hugo Cavallero, dijo a La Verdad que “la noticia oficial es que las petroleras no van a aumentar el combustible hasta el 1 de marzo, a pesar de que vienen manifestando que están un 15% debajo del precio. El año pasado, el combustible aumentó un 42% y la inflación fue del 53%, con lo cual las petroleras ya dicen que están atrasadas. El litro de nafta siempre estuvo en relación al valor del dólar, con lo cual hoy marca $63, por lo cual estimo que en marzo el aumento estará entre un 5 y un 8%, como para ir llegando al precio real”.
“Los empresarios estamos mal, y eso que mi negocio vende bastante bien y puedo defenderme, manteniéndome con los costos operativos. Pero hay expendedores que venden 250.000 litros por mes y no tienen GNC, con lo cual no sé cómo llegan a fin de mes. Ahora tenemos un incremento de un 7% en los salarios, más los bonos que decretó el Presidente de 4 mil, que no estaba previsto y todo esto con el aumento de nafta frenado. Si en enero y febrero se hubiera dado un aumento del 3 o 4%, ahora sería mucho más fácil. Hoy, el litro de súper debería estar en $57 y yo la vendo a 53; la Premium tendría que estar en 69, y el gasoil común en $56, como para poder seguir manteniendo todo. Este es un precio que al estacionero le serviría pero al usuario no”, remarcó.
Para finalizar, dijo que “yo tengo dos estaciones de servicios, con 22 empleados en cada una que viven de esto, más nosotros y mis hijos. No es fácil, si a esto le sumamos más de un 50% de los impuestos como el ABL. Yo no quiero el aumento del combustible, pero si no lo tengo no puedo operar de manera normal”.