Recibimos la noticia de la muerte de nuestra querida colega y ex Presidente de nuestra Federación Rosario Elena Sica.
Incrédulos, perplejos, atónitos son palabras que componen un sentimiento y una sensación general que se resume en el término “desolación”.
Rosario fue un ser humano íntegro y sensible y una colega de inmensurable jerarquía, se revelaba cada día en su correr múltiple, simultáneo e incansable para dar respuesta a la urgencia de un expendedor.
Su energía expansiva daba cuenta de su inagotable rebeldía, más no se trataba de una explosión irracional. Más bien Rosario manifestaba a menudo una irreverencia inteligente, reflexiva, siempre pasionaria y tal actitud repleta de convicciones se derramaba generosa en sus análisis, en sus producciones e incluso en sus justificados enojos con los ajenos y con los propios.
Queremos hacer llegar nuestras palabras de consuelo y nuestro abrazo a sus familiares y allegados en este momento de dolor intenso, de tristeza profunda, de una incomprensión por este desenlace.
Pero quisiéramos también sostener la memoria de nuestra colega con la alegría de las siembras fértiles que ella concretó, de los puentes tendidos de la ternura entre nosotros, de las complicidades de las miradas y los abrazos que transitábamos mientras compartimos construcciones y luchas, apuestas y discusiones, esfuerzos comunes para librar muchas batallas por unos mismos sueños.