El sector de las estaciones de servicio sin marca está en medio de una encrucijada. La competencia con los colegas que tienen una petrolera por detrás, cada vez cuesta más.
El consumidor busca beneficios, promociones, descuentos, una pelota de fútbol o los muñecos de la última película de Disney de regalo junto con el llenado del tanque del auto.
Mucho también se les prometió a las estaciones blancas en gobiernos anteriores, y no se les cumplió. Y en un mercado en el que el consumidor busca mucho el precio, este sector vende el combustible más caro porque primero lo compra a un intermediario que es un distribuidor.
Hoy ya no son el segundo grupo de estaciones del país al sumar a todas, detrás de YPF, como hace unas décadas atrás. Asimismo, petroleras como PUMA, DAPSA o GULF están ofreciendo interesantes propuestas de embanderamiento que son aceptadas por los colegas sin marca.
Sin embargo, estas empresas familiares siguen resistiendo, especialmente en el interior del país.
Desde la revista de FECRA nos contactamos con Lisandro Ruffini, estacionero blanco de la localidad bonaerense de Conesa, cerca de San Nicolás, y le hicimos las siguientes preguntas.
¿Desde cuándo son una estación blanca? ¿Por qué en este momento de tanta competencia, optan por seguir vendiendo combustibles sin marca?
Estamos desde 1951/52 que mi abuelo puso la primer estación de servicio. Hoy ya somos tres generaciones en el negocio, somos blancos desde que las petroleras decidieron subir los mínimos de litros por venta mensual y eso nos sacó la categoría de estación de bandera para tener que
pasar inevitablemente a estación blanca, aunque siempre guardamos las esperanzas de volver a tener una bandera detrás.
¿Cuál es el principal desafío hoy por ser una estación blanca?
El mayor desafío de estas estaciones chiquitas es el tema del personal, los sueldos y las cargas sociales es el problema principal que nosotros tenemos día a día.
¿Les gustaría volver a tener una marca por detrás ser una EESS de bandera y qué trabas encuentran con las petroleras?
Nos encantaría poder tener una estación de bandera pero nos imponen las mismas condiciones que a una estación de ciudad y para una estación chica de un pueblo es imposible ya que el flujo y la cantidad de gente no es la misma y se vuelve imposible.
¿Cómo hacen para competir contra las estaciones de bandera?
Es muy complejo poder competir, yo ya no pienso en competir, pienso en ganar clientes de una u otra manera pero no de competir. Tratamos de bajar los costos en todos los rubros que tenemos (combustibles, lubricantes, kiosco) para que la gente venga pero se nos hace muy difícil competir.
¿Qué necesitarían para seguir siendo una estación blanca y que puedan persistir en el mercado?
Que alguna entidad o empresa nos apoye, nos sustente, que nos tiren promociones para poder captar a los clientes, poder negociar con nuestros proveedores y así conseguir precios más competitivos